Cómo prevenir úlceras por presión en pacientes que deben permanecer en cama por periodos prolongados
Las úlceras por presión, también conocidas como escaras o lesiones por presión, son una de las complicaciones más comunes —y más prevenibles— en pacientes con movilidad reducida. Ocurren cuando una persona debe permanecer mucho tiempo en cama o en la misma posición, lo que reduce el flujo sanguíneo en zonas del cuerpo donde los huesos están cerca de la piel, dañando progresivamente los tejidos.
Prevenirlas no solo mejora la calidad de vida del paciente, también evita infecciones, hospitalizaciones prolongadas y costos innecesarios. En este artículo encontrarás estrategias prácticas y efectivas para cuidar la piel, fomentar la circulación y usar herramientas que faciliten la atención, como camas eléctricas con funciones de ajuste.
¿Qué son las úlceras por presión y por qué ocurren?
Cuando una parte del cuerpo soporta presión constante —por ejemplo, los talones, caderas o el sacro— el flujo de sangre hacia esa zona disminuye. Sin oxígeno ni nutrientes suficientes, la piel y los tejidos se deterioran.
Cambiar de posición cada 2 horas ayuda a prevenir la formación de úlceras por presión en personas que deben permanecer mucho tiempo en cama.
Las causas más comunes incluyen:
- Presión prolongada sobre la piel
- Fricción o deslizamientos al mover al paciente
- Humedad excesiva por sudor o incontinencia
- Desnutrición o deshidratación
- Problemas circulatorios o enfermedades como la diabetes
Pregunta frecuente
¿Cada cuánto debe cambiarse de posición un paciente que permanece mucho tiempo en cama?
Se recomienda movilizar al paciente cada 2 horas, o con mayor frecuencia si el estado de salud lo permite, para aliviar la presión y mejorar la circulación sanguínea en zonas vulnerables.
Estrategias clave para prevenir úlceras por presión
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Cambios de posición regulares
El movimiento es la mejor forma de prevenir lesiones por presión.
Mover al paciente al menos cada 2 horas permite que la sangre vuelva a circular por zonas vulnerables.
Recomendaciones:
- Evita arrastrar al paciente: eleva o rota con cuidado.
- Usa almohadas blandas entre las rodillas, talones o codos para reducir la presión cruzada.
- Mantén la cabecera de la cama por debajo de 30° cuando sea posible, para prevenir fricción y deslizamiento.
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Cuidado riguroso de la piel
La piel es la primera línea de defensa. Mantenerla limpia, seca y bien hidratada es fundamental.
Recomendaciones
- Lava con agua tibia y jabón suave; seca con palmaditas, no frotes.
- Aplica cremas humectantes sin alcohol ni fragancias irritantes.
- Usa productos barrera (como óxido de zinc) en caso de incontinencia.
Revisa la piel todos los días, especialmente en zonas rojas o sensibles: si el enrojecimiento no desaparece tras aliviar la presión, puede ser un signo temprano de lesión.
2. Superficies de apoyo y equipamiento adecuado
El uso de colchones o cojines especiales reduce la presión sobre el cuerpo y ayuda a mantener la piel saludable.
Opciones recomendadas:
- Colchones antiescaras o de aire alternante
- Almohadillas o protectores de talón
- Cojines de espuma de alta densidad
- Evita los cojines tipo “rosquilla”, ya que concentran la presión alrededor del borde.
Además, una cama eléctrica ajustable puede marcar una gran diferencia: facilita los cambios de posición, permite inclinaciones suaves y reduce el esfuerzo físico tanto del paciente como del cuidador.
3. Nutrición e hidratación adecuadas
Una buena alimentación acelera la cicatrización y mantiene la piel fuerte.
Recomendaciones básicas:
- Aumenta el consumo de proteínas (huevo, pescado, pollo).
- Incluye frutas y verduras ricas en vitaminas A, C y zinc.
- Asegura una hidratación constante (mínimo 6 a 8 vasos de agua diarios).
La desnutrición y la deshidratación son factores clave en la aparición de úlceras, por lo que una dieta equilibrada es tan importante como el movimiento o los cuidados de piel.
4. Colaboración con el equipo de salud
El trabajo conjunto entre el cuidador y el personal médico es esencial.
Solicita valoración por enfermería o especialistas en heridas si hay riesgo elevado.
Utiliza escalas como la de Norton o Braden para evaluar el riesgo de úlceras.
Adapta el plan de cuidados según la evolución del paciente.
La prevención no se trata solo de atención diaria: es una estrategia multidisciplinaria que puede marcar la diferencia entre una recuperación estable y una complicación grave.
FAQs sobre úlceras por presión
¿Qué es una úlcera por presión?
Es una lesión en la piel y tejidos causada por presión prolongada, especialmente en zonas óseas, cuando el paciente no puede moverse por sí mismo.
¿Se pueden prevenir las úlceras por presión?
Sí. Con cambios frecuentes de posición, buena higiene, uso de colchones antiescaras e hidratación adecuada.
¿Qué zonas del cuerpo son más susceptibles?
Talones, caderas, sacro, codos y la parte posterior de la cabeza.
¿Cada cuánto se debe cambiar de posición?
Idealmente cada 2 horas, aunque puede variar según el estado del paciente.
¿Una cama eléctrica ayuda en la prevención?
No sustituye las medidas básicas de cuidado, pero facilita los movimientos, mejora la postura y reduce el esfuerzo del cuidador, lo que contribuye a la prevención.
Conclusión
Prevenir úlceras por presión es una tarea diaria, pero totalmente alcanzable con las herramientas y rutinas adecuadas.
La combinación de movilización frecuente, cuidado de la piel, buena nutrición y superficies de apoyo adecuadas reduce significativamente el riesgo.
Una cama eléctrica ajustable puede ser un gran aliado, facilitando los cambios posturales y la comodidad del paciente sin esfuerzo excesivo para el cuidador.
Conoce las camas eléctricas con posiciones ajustables que pueden ayudarte en la prevención de úlceras por presión y mejorar el bienestar de tus pacientes.